domingo, 12 de junio de 2016

Diarios de las estrellas. Viajes

Stanislaw Lem, Bruguera Libro Amigo. 1979.
220 páginas. España




Stanislaw Lem es un autor polaco de ciencia ficción caracterizado por un tono satírico y filosófico, nacido en 1929 y fallecido en 2006. Sus libros, siempre de corte filosófico, exploran las nuevas tecnologías y su efecto en la comunicación y la comprensión entre seres racionales.


Su obra es amplia y comienza en firme en 1957 (el año del nacimiento de su servidor) con Diarios de las estrellas, con su entrañable personaje, el astronauta Ijon Tichy, que embarca en absurdas y maravillosas aventuras por todo el espacio y el tiempo. Luego vendrá su mejor obra Solaris, una parábola sobre las relaciones humanas. Otras obras son Retorno de las estrellas, Fábulas de robots, Ciberíada y memorias encontradas en una bañera. La obra que nos ocupa en esta reseña se relaciona con los extraños y maravillosos viajes de Tichy:
Diario de las estrellas.

Este es uno de esos libros en que el cuento, o mejor dicho "el viaje", que estamos leyendo es más divertido y loco que el anterior. Pero si releemos alguno, supera nuevamente al actual, al encontrar nuevas ideas y recursos literarios que utiliza Lem. El autor nos hace viajar con el protagonista principal: Ijon Tichy, un héroe irreverente y desenfadado, unas veces por el espacio y otras por el tiempo (y probablemente algunas hasta en sus sueños), contando un total de 8 travesías, que van desde un viaje en el tiempo para corregir y mejorar la historia de todo el universo, hasta perderse en unos remolinos gravitacionales en las cercanías de Betelgeuse y padecer consecuencias relativistas muy extrañas.

Las introducciones, que son dos, son también muy originales y son hechas por el personaje del Profesor A. S. Tarantoga, jefe del grupo de Tichólogos. En la primera nos presenta divertidos datos de la biografía de Tichy y nos remarca que todos los hechos ocurridos en el octavo viaje fueron fruto de los sueños del protagonista, influenciados por los sueños de Isaac Newton y los Borgía, jajaja. Además, el Profesor Tarantoga presenta citas a sus dichos refiriendo a varios eminentes científicos que formularon tratados completos sobre todos los viajes de Ijon, con una gran imaginación y desparpajo. Incluso el Profesor dice que algunos estudiosos ponen en duda los viajes e incluso la existencia de Tichy, y que todo era obra de una maquina llamada LEM (LUNAR EXCURSIÓN MODULE) que contaba con un pequeño cerebro electrónico y que no pudo haber escrito cosa alguna sobre los mentados viajes, o sea que el mismo autor se auto flagela, jajaja. En la introducción a la edición ampliada enreda al lector, es decir explica, el porque de la numeración aparentemente caótica de los viajes, indicándonos que hasta dos se hicieron al mismo tiempo. Incluso anticipando la trama del vigésimo viaje donde Tichy fue director del instituto temporal, oculto a propósito el descubrimiento de la máquina del tiempo, y por eso no recibimos en la actualidad visitas del
pasado.


El viaje que más recuerdo es el octavo. En éste encargan a Tichy ser delegado de la Tierra ante la Organización de Planetas Unidos como candidatos a pertenecer a esa comunidad niversal. Narra Tichy, con temor, el primer incidente diplomático interplanetario de la humanidad, al confundir al ser extraterrestre que nos proponía ante la Asamblea planetaria con una máquina expendedora de refrescos y depositarle varias monedas, jajaja. Bueno, el meollo de ésta aventura es que el ser, de origen Tarrancano, le pide a Tichy de manera inocente le platique algunos logros de la humanidad que puedan respaldar la propuesta que su raza va hacer ante la asamblea para que la tierra se una a la Organización Planetaria. El diálogo entre los dos personajes tan diferentes lo tienen que leer ¡Es delicioso! Tichy le empieza a comentar sobre la energía nuclear y su origen bélico, viajes cósmicos (obviamente), el presupuesto nacional en que la mayoría del dinero se gasta en
armamentos, arte y arquitectura, pero nada sirve como para presumir a nivel interplanetario. Y claro está la física moderna, pero para nuestra desgracia sirve para mejorar la energía atómica... "Mejor no abra la boca y veremos cómo defendemos la candidatura", le termino diciendo el ser metálico. Y luego vino la asamblea en donde se atacó sin misericordia al género humano, desde su débil estructura física: "albúmina levógira", hasta sus hábitos alimenticios al comer animales de su mismo planeta, etc. Se hizo un relato pormenorizado de la forma accidental en que una expedición de una raza de la Unión Planetaria dejo por negligencia desperdicios en la tierra virgen lo que provocó la aparición de la vida y después del ser humano. Bueno un pequeño golpecito a todas las religiones del mundo, típico de LEM. Al final de este viaje la humanidad fue... Pues hay que leerlo.


Y así desfilan los divertidos viajes uno a uno: El séptimo nos cuenta la loca historia de un viaje en que su nave es dañada por un micro meteorito y queda a la deriva en un grupo de remolinos gravitacionales (¿Existen en la realidad?), y para poder repararla se ocupan dos personas y Tichy siempre viaja solo. Pero gracias a la física relativista logra repararla a tiempo. Consideró que es relato más logrado, dada su dificultas al convivir múltiples Ijones al "mismo espacio-tiempo". En el undécimo viaje tiene que ir, disfrazado como robot a un planeta dominado por una gran computadora rebelde, con un desenlace inesperado. El viaje decimotercero describe la travesía a los planetas Pinta y Panta, con "democracias" muy distintas a la medida obra del Maestro Oh, ilustre benefactor del Cosmos que dedicó su vida a dar felicidad a muchas tribu galácticas. ¿Suena al sistema político de algún país actual, no?

El viaje decimocuarto es un divertido relato sobre su llegada y estancia en un planeta, ENTEROPIA, donde a su ingreso en la aduana de este sitio le preguntan si es mamífero, a lo que contesta afirmativamente, y el Andrita contesta amablemente, "pues feliz mamada", jajaja. Y en este jocoso cuento van a saber, si pueden, que son las SEPULCAS y la caza de los CURDLOS, ¡fantástico! y el Tor, que es una especie de lluvia de meteoritos que destruye periódicamente las ciudades del planeta, reemplazándolas de manera inmediata, y de qué forma. 


Finalmente, en el viaje decimoctavo, Tichy tendrá la grave misión de componer el universo, desde el momento del Big Bang, con desastrosas consecuencias.

El libro me gusto mucho, pues tiene un nivel parejo, no decae en ningún momento, y para mí fue una delicia leerlo al conocer los nombres jocosos e inteligentes de todos los personajes inventados por LEM, la moraleja social de cada cuento que nos da que pensar sobre la vida que llevamos y hacia dónde carajo nos dirigimos. Habrá también que dar un reconocimiento especial a la traductora del polaco al español, Jadwiga Gwiazdowe, ya que Lem inventa cientos de nombres extraños e hilarantes para personajes, monstruos y cosas en sus cuentos, ya que castellanizar eso, manteniendo el espíritu hilarante y satírico del autor, es toda una hazaña.

De todo el libro me impactó la pregunta: ¿Si tuviéramos, como raza humana, que decir y explicar nuestro máximo logro en toda nuestra historia, como especie, a otra raza extraterrestre que responderíamos? Todavía lo estoy pensando, y no encuentro una posible respuesta. ¿Ustedes tienen una idea?

Luis Laphamluislapham@gmail.com@Lapham25


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